¿Cómo serán las ventanas del futuro?

Las primeras ventanas de cristal las emplearon los romanos alrededor del año 60 D.C. Aunque ha evolucionado mucho la tecnología de marcos y cerramientos, el cristal se mantiene desde entonces como elemento que nos permite ver el exterior y deja pasar la luz. Sin embargo el futuro de esta parte fundamental de nuestros hogares nos trae avances que hasta hace unos años no podíamos imaginar.

En Haus queremos compartir con vosotros los nuevos horizontes que esperan al mundo de las ventanas y cerramientos, una materia que dominamos y que nos ilusiona por los avances tecnológicos que quizá pronto podamos servir a nuestro clientes.

Ventanas del futuro

Ventanas que generan energía

La ventana es una superficie de la fachada expuesta continuamente a la luz solar. A través de los cristales dejamos pasar la luz que ilumina nuestros hogares. La empresa norteamericana Solar Window ha desarrollado una tecnología que hace que el cristal, transparente, capture la energía solar tal y como hacen las placas que vemos en numerosas huertas solares o en el tejado de algunos edificios. Además no es necesario que incida el sol sobre ellas, basta con que les de la luz indirecta. Esta solución innovadora promete que edificios acristalados tengan completa autonomía energética.

Ventanas refrigeradas

Los arquitectos tienden a crear edificios con fachadas acristaladas y ventanas más grandes. Esto es una ventaja para crear estancias más espaciosas y luminosas pero al mismo tiempo son un problema a la hora de evitar el calor que entra con los rayos de luz, lo que implica un mayor uso del aire acondicionado y el gasto energético que ello supone.
Una empresa española ha creado unas ventanas que impiden que esto suceda mediante una corriente de agua que circula a través de los
cristales de estas. Algo que puede llegar a ahorrar hasta un 70% en aire acondicionado.

Fin de las cortinas

Los cristales de las ventanas que disfrutaremos más pronto que tarde dispondrán de un material electrosensible que permitirá oscurecerlos con un mando en función de la luz que queramos que entre en nuestra casa. Además la forma en la que se oscurecen los cristales puede crear dibujos o geometrías que sirvan de elemento decorativo. Del mismo modo podremos programar la oscuridad deseada en función del horario o que ellos solos se oscurezcan si entra más sol del deseado.

Y cuando no hay ventanas…

La ingeniería de la iluminación ha diseñado tragaluces que simulan la luz natural y la propia incidencia de los rayos solares en diferentes horas. El efecto es absolutamente real, se puede ver en su web.
Si lo que queremos es paisaje se está desarrollando una industria de ventanas digitales que en realidad son pantallas de una altísima resolución a través de las cuales podemos ver el paisaje que queramos, así como mostrar información como noticias o la predicción metereológica.